¿Qué es un sistema de riego automático para marihuana?
Los sistemas de riego automático son estructuras para la distribución de agua entre las plantas que reducen el esfuerzo de ir hidratándolas una a una manualmente.
La introducción de automatismos moderniza proyectos de irrigación, una práctica cuya implantación data al menos del año 3400a.c. En la actualidad, la inclusión de sistemas electrónicos para controlar factores como la frecuencia y el volumen de agua, reduce sustancialmente el esfuerzo empleado por el cultivador, sobre todo en grandes superficies de cultivo, en exterior, en lugares de difícil acceso o en ausencia de su responsable.
Un sistema de riego automático siempre se compone de:
- Sistema de dosificación del agua: goteros, microtubos.
- Sistema de distribución del agua: tuberías, codos, tapones, etc
- Sistema para impulsar el agua: bombas o presión de la red.
- Control horario de activación/desactivación del riego (opcional)
Beneficios de un sistema de riego automático en el cultivo de cannabis
- Eficacia en el reparto de agua: todas las plantas reciben la misma cantidad de agua y nutrientes.
- Una vez instalado, reduce la carga de trabajo.
- Permite un crecimiento uniforme de tus plantas de cannabis.
- Un regado eficiente puede reducir la aparición de ciertas plagas que se manifiestan en momentos de exceso de humedad, como los Trips.
- Sin dependencia de otras personas. ¡Se acabó pedirle a tu amigo que te riegue las plantas durante las vacaciones!
- La solución de riego puede incluir los fertilizantes o nutrientes.
- Personalizable y adaptable a las necesidades del cultivo.
- Interesante para cultivos SOG, ya que la tarea de regado puede dificultarse entre los tallos de las plantas muy pegadas unas a otras.
Desventajas del riego automático en el cultivo de marihuana
Existen varios factores a tener en cuenta, si deseas llevar a cabo tu propio sistema de riego automático.
- Requiere un estudio previo para establecer factores como la frecuencia, el volumen de agua desplazada por los goteros, el diseño de la red hídrica, cantidad de nutrientes, etcétera.
- Aunque facilita la ausencia del cultivador, no se debe abandonar la revisión constante de las plantas. Un sistema automático debe rebajar el tiempo de trabajo en el riego, no suponer un modo de desatender el cultivo.
- Necesita una inversión inicial, tanto en materiales como en los propios automatismos.
- El riego por goteo puede resultar atractivo si se trata de una serie de plantas iguales o con necesidades similares. En otro caso podrían aparecer carencias, ya que algunas variedades pueden necesitar más cantidad de riego que otras.
- Es necesario revisar la posible acumulación de sales en el sistema de riego y en la zona de irrigación de la maceta. De lo contrario los goteros pueden bloquearse y dejar de proporcionar agua.
- Debe controlarse la distribución del riego alrededor de la planta. Una mala organización puede dar más agua por una parte que por otra, desarrollando solo una parte del sistema radicular, dando finalmente un resultado desigual. Por eso es recomendable no poner solo un gotero, sino varios alrededor del tallo para conseguir un riego uniforme.
El riego automático por goteo es uno de los preferidos por los cultivadores. Sin embargo, si se opta por el regado a mano siempre se puede optimizar el sistema utilizando por ejemplo un kit de riego por lanza tipo ducha, que separa los chorros, suavizando y oxigenando el agua. Además, este sistema también permite usar agua purificada y con nutrientes proveniente de un depósito.
Pasos para montar un sistema de riego automático en tu cultivo de marihuana
Un cultivo con un sistema de riego automático eficiente, puede aliviar una importante carga de trabajo al cultivador. A continuación, te proponemos una serie de pasos a seguir para instalar un sistema automatizado de éxito.
- Paso 1: Seleccionar el sistema de goteo
Antes de diseñar y montar un sistema de riego automático, hay que tener en cuenta el tipo de cultivo que vamos a llevar a cabo y ajustarnos a sus necesidades, poniendo en el centro el buen desarrollo de las plantas para conseguir resultados óptimos.
Los sistemas de riego automáticos para el cultivo de marihuana son más o menos iguales entre sí, a pesar de existir infinitos diseños. Lo que los diferencia es la salida de agua, es decir, el sistema de goteros instalados. El riego por goteo es el más extendido entre los cultivadores, pudiendo personalizarse de forma sencilla y efectiva. A pesar de ello, existen otros sistemas como el riego por irrigación, que se automatiza gracias a sistemas como el Wassertech.
Entre los principales sistemas de goteo, los más habituales en el cultivo de cannabis son:
Goteros autocompensantes: Regulan el caudal de agua a un flujo constante, independiente de la presión del agua, asegurando una distribución uniforme del riego en todo el sistema.
Perfectos para el cultivo de cannabis, ya que las plantas necesitan una distribución homogénea de agua y nutrientes para evitar crecimientos desiguales.
Gotero lanza: este sencillo pero altamente eficaz sistema, utiliza el gotero como gotero y lanza a la vez, lo que abarata y simplifica mucho el montaje. El sistema consta del gotero lanza y de un fino tubo que lo abastece de agua. Es el sistema más económico y más rápido de montar.
Goteros regulables: Estos goteros permiten ajustar el caudal de agua de forma manual, adaptando la cantidad de agua que llega hasta la planta, satisfaciendo las necesidades específicas de cada etapa de cultivo o de cada cepa.
Goteros de fertirrigación: Permiten la adición de fertilizantes para la planta, asegurando que lleguen directamente a las raíces de forma controlada.
Goteros autolimpiantes: Incluyen un mecanismo de limpieza automática que expulsa residuos o partículas en suspensión, reduciendo el riesgo de obstrucción. En un cultivo de cannabis normal se emplean varios fertilizantes que pueden facilitar esa situación, por lo que resultan muy útiles. Más abajo explicamos cómo se puede limpiar un gotero de forma manual.
Goteros subterráneos: Estos goteros están diseñados para ser enterrados en el suelo, irrigando directamente las raíces. Están protegidos contra la intrusión de raíces, lo que los hace duraderos. Perfectos para un máximo aprovechamiento del agua en exteriores cálidos o invernaderos, donde la evaporación puede resultar molesta. Son sensibles a los atascos si el agua no se filtra lo suficiente.
Gotero Tipo medusa: Una única toma de agua sirve para abastecer a varias macetas a través de 6 o 12 latiguillos. Es efectivo en la labor de regar un buen número de plantas y se ahorra espacio en tuberías. Sin embargo, pueden obstruirse fácilmente y son menos adaptables a las necesidades de cada planta. Ideales para cultivos de interior, en donde las macetas están a poca distancia unas de otras.
- Paso 2 – Diseñar el sistema y listar los materiales
Un sistema de riego automático para tus plantas de marihuana comienza por el diseño del sistema de tuberías, conexiones, microtubos y juntas en distintas formas que se usarán para configurar el circuito. A su vez, se deberían listar los materiales que se necesitan para comprarlos juntos en La Huerta y disfrutar de eventuales descuentos.
Es más que previsible que se necesitarán tuberías, derivaciones, uniones, codos, tapones, etcétera. Conocer el número exacto de estos materiales, puede resultar de mucha ayuda en la organización.
- Paso 3 – Instalar los goteros y lanzas
Los goteros son parte imprescindible del sistema de riego automático. Su función es depositar el agua en la maceta o pie de la planta. Requieren una instalación cuidadosa y una graduación adecuada para suministrar el líquido a la planta con precisión.
- Sitúa cada gotero en su lugar definitivo y coloca los microtubos de cada gotero. Ahora ya sabes por donde deben pasar las tuberías para que los microtubos lleguen a ellas sin problemas.
- Los expertos aconsejan situar dos o tres goteros alrededor de la base de la planta, colocados a la misma distancia entre ellos, para evitar un riego desigual.
- Un buen diseño de distribución te ayudará a minimizar el trabajo y el dinero invertido. Piensa bien y dibuja previamente el diseño de lo que serán las tuberías, en función de dónde has colocado los goteros. Procura hacer un diseño eficiente, evitando vueltas de tubería inútiles.
- Las lanzas no son más que apoyos para los microtubos que se clavan en el sustrato para una mejor conducción del agua. Existen goteros con lanzas incorporadas que te pueden facilitar el trabajo, además de economizar el sistema.
- Procura que el agua de riego no moje el tallo o las hojas, para evitar hongos y enfermedades.
- Vigilar la posible acumulación de sales minerales provenientes de los fertilizantes. Al irrigar solo por ciertas partes, la solución de nutrientes podría acumularse en el mismo sitio, reduciendo su eficacia en la nutrición de las plantas, incluso llegando a obstruir los conductos y goteros. Explicamos cómo limpiarlos más abajo, en “Preguntas Frecuentes”.
- Paso 4 – Configurar el sistema de tuberías y poner filtros
Llega el momento de instalar las tuberías del cultivo automático de marihuana, siguiendo el diseño que hemos desarrollado anteriormente y que atiende a las necesidades del cultivo, contemplando la mayor parte de los inconvenientes que se pueden presentar.
La instalación de los goteros puede ser a través de microtubos, para los cuales es preciso hacer un agujero en la pared de la tubería con un perforador o instrumento similar (si utilizas el gotero lanza, puedes hacer los agujeros en la tubería con la punta del gotero). Se aconseja situar dos o tres goteros alrededor de la base de la planta, colocados a la misma distancia entre ellos, para evitar un riego desigual.
Los filtros suelen colocarse sobre todo en la entrada de agua. Evitarán eventuales atascos y problemas mayores, bajo la condición de revisarse habitualmente para esquivar obstrucciones. Incluso se puede instalar un filtro de osmosis para ofrecer un agua de la máxima calidad a nuestras plantas.
Existen multitud de filtros, pero los más utilizados son los de malla (120 – 200 micrones) o los de disco, en los que el agua con partículas más finas pasa a través de círculos con ranuras de distintos grosores donde son capturadas.
Una vez termines toda tu instalación, incluyendo todas las partes, prueba tu sistema y asegúrate de que no existen fugas de agua en ningún sitio. Que se escapen unas gotas de agua en un cultivo de exterior no tiene importancia, pero cuando el riego automático se encuentra, por ejemplo, en un domicilio, una fuga puede causar un serio problema. En este punto se descubre la importancia de una buena calidad de los materiales de fabricación, pues se valora la flexibilidad y la resistencia frente a posibles fugas.
- Paso 5 – Instalar un sistema de control de riego automático
El sistema de control de riego es el automatismo principal que da sentido a la red de irrigación. Suele tratarse de una caja electrónica que puede controlar ciertos factores, sobre todo el tiempo de riego y el flujo de agua que pasa por el sistema, además de asegurar el encendido y apagado diario de la red.
- Este aparato suele colocarse entre el depósito de agua y el sistema en sí mismo, como una puerta automática que se abre y cierra según la programación que se establezca.
- Aunque existen automatismos que conectan la manguera principal con el grifo de agua corriente, no es lo más recomendable dado que para que este empalme funcione bien se necesita un reductor de presión que otorgue la fuerza correcta del agua para no reventar las tuberías. Por otro lado, es un sistema que nos obliga a dejar el grifo abierto y poner a continuación el sistema automático a apertura y cierre. Si este fracasa, podríamos provocar una gran pérdida de agua, por eso es mejor regar siempre desde un depósito. Si algo falla, no verteremos más agua que la que hay en ese depósito.
- Se puede conseguir un sistema de control con temporizador por poco dinero, siendo este tipo de controladores los más adecuados para lugares pequeños indoor o con pocas plantas en exterior.
- Tanto el tamaño del cultivo, como las características del espacio que utilicemos, serán definitorias de todo el diseño de sistema, así como de la elección de la tecnología a utilizar.
Por ejemplo, en La Huerta Grow Shop puedes encontrar el Sistema de Riego Automático para 10 plantas, de la marca Wassertech. Se trata de un temporizador que incluye una mini-bomba de agua sumergible.
Este pequeño aparato puede surtir de agua a las plantas según un esquema de tiempo variable y funciona con pilas, por lo que es totalmente independiente. Sin necesidad de instalación de tuberías, se trata de un excelente automatismo para un cultivo de tamaño pequeño para interior o exterior. Sirve perfectamente para situaciones en las que las plantas se quedan sin supervisión durante pocos días.
Lo más habitual es que el automatismo sea un simple reloj temporizador, que activa y desactiva la corriente eléctrica que alimenta la bomba del agua.
- Paso 6 – Otros: Bombas de agua, reductores de presión, depósitos de nutrientes y otros accesorios.
El sistema de riego puede completarse con una serie de accesorios, posiblemente de obligado uso dependiendo de las circunstancias individuales del cultivo.
- Las bombas de agua son dispositivos para llevar el agua del depósito hasta la tubería principal, salvando desniveles, conductos largos y asegurando que la presión llegue hasta el final del circuito. Debe estar sincronizada con el temporizador.
- Roca difusora u oxigenador de agua + bomba de aire: se trata de una piedra que, conectada a una pequeña bomba de aire (como las de pecera) , aporta oxígeno al agua de cualquier depósito. Esto beneficia a las plantas con un extra de oxígeno que mejora las raíces y evita que el agua se eche a perder por la presencia de microorganismos que habitan el agua estancada.
- Depósitos de nutrientes: como se menciona más arriba, se trata de un compartimento donde se añaden los fertilizantes y aditivos. Este depósito debe tener el tamaño adecuado para abastecer de agua a todas las plantas de cultivo..
- Reductores de presión: dispositivo que puede situarse inmediatamente después del grifo de la red de agua y que reduce la presión, evitando que se provoquen fugas por sobrepresión.
- Filtros de osmosis: Más sencillos o más complejos, los filtros ayudan a surtir a las plantas del agua más pura posible, evitando sales en suspensión que pueden resultar conflictivas para el correcto desarrollo de las plantas.
Tras el arduo trabajo, se recomienda llevar a cabo pruebas de funcionamiento para detectar posibles fallos, escapes, goteros en mal estado u obstrucciones.
- Paso 7 – Calcular el volumen de agua
Calcular el volumen de agua que necesitamos para regar todas nuestras plantas es de los puntos más importantes, pues de él depende que todo el sistema dé los resultados adecuados.
La frecuencia tiempo-volumen de riego, debe establecerse tras la observación y comprobación de la humedad en el suelo. Una vez sepas cuánta agua necesita cada planta, lo siguiente es ver cuanta agua sale por gotero en cada minuto. Una vez tengas esos datos, ya sólo te queda calcular el tiempo que necesitas tener activado el riego, según la siguiente fórmula:
Agua requerida por planta (Ej 1 litro) / caudal del gotero por minuto = número de minutos de riego. Con dos goteros, la mitad del tiempo.
Consejos para el mantenimiento de tu sistema de riego
Algunas cosas a tener en cuenta para que todo vaya sobre ruedas:
- Limpieza regular: la acumulación de sedimentos puede bloquear los goteros. Asegúrate de limpiar tu sistema de riego periódicamente.
- Verificar el temporizador: es crucial revisar regularmente el temporizador o el sistema de control para asegurarse de que esté funcionando correctamente y no haya fallos en el riego.
- Ajustes estacionales: cambia los tiempos de riego según la época del año y el estado de las plantas. En épocas más calurosas, tus plantas necesitarán más agua.
- Revisión continua del sistema: cada vez que se visite el cultivo, se debe tener una lista de tareas que consisten en revisar los puntos débiles del diseño y reparar los posibles problemas. La cinta americana no hace milagros, es mejor parar y llevar a cabo una reparación sólida que andar con apaños y chapuzas.
Conclusión
Un buen diseño de riego automático puede ahorrar mucho trabajo al cultivador prudente y atender cultivos de interior o exterior.
El sistema automatizado puede ayudar al cultivador en sus rutinas, pero no se deberían dejar las plantas únicamente a su cuidado pues existen miles de eventualidades relacionadas con el riego que se deben monitorizar estrechamente para conseguir el mejor resultado. Con un buen funcionamiento, tanto las plantas como el resultado serán óptimos y se logrará el objetivo de ahorrar tiempo y esfuerzo al cultivador. Además, revisar tus plantas a diario te ayudará a detectar cualquier problema que surja, ya sea relacionado con el riego o con otro tipo de problemas.
Esperamos que estos pasos os ayuden a llevar a cabo un cultivo de cannabis de éxito.
FAQs (Preguntas Frecuentes)
¿Cuánta agua debo usar en un sistema de riego automático?
Depende del tamaño de tu cultivo y del tipo de suelo, pero generalmente se recomienda regar hasta que el suelo esté uniformemente húmedo. Una forma de comprobarlo es introducir el dedo en el sustrato y comprobar que existe humedad en los primeros 2-3cm.
¿Puedo usar el riego automático tanto en interior como en exterior?
Sí, los sistemas de riego automático son versátiles y funcionan en ambos tipos de cultivos, aunque los tiempos de riego varían según las condiciones climáticas.
¿Qué tipo de abonos usar con el riego automático?
Si haces la mezcla de nutrientes y agua justo antes de regar, puedes usar tanto abonos minerales como orgánicos, aunque estos últimos tienden a obturar un poco más los goteros. Pero si dejas preparada la mezcla horas o dias antes de regar, te aconsejamos utilices abonos minerales, ya que los orgánicos podrían fermentar dentro del depósito.
¿Cómo prevenir que los goteros se tapen?
Limpia regularmente el sistema y utiliza filtros de agua si el agua de tu zona contiene muchas partículas. Utiliza fertilizantes de origen mineral, más solubles en agua.
¿Cómo limpiar un gotero?
Los goteros suelen ser de tipo “fino” o más gruesos. Los “finos” se limpian mediante sacudidas enérgicas y los gruesos, con agua o aire a presión. Si estos métodos no resultan efectivos, se puede proceder a poner un gotero nuevo.